¡Qué calor!
Pensé caminando por el lado izquierdo de la calle llena de piedrecitas pequeñas que entraban por los agujeros en mis zapatos, que, por cierto, ya se habían secado. La verdad, podría moverme un poco a la izquierda y pisar el cesped, pero no era seguro si prefiero estar pinchado por el cardo que crecía cada dos por tres entre la hierba, más de un débil dolor de las piedras en mis zapatos.
Tengo que comprarme un par...
Otra vez esta cosa vino a mi cabeza y decidí darle una visita al zapatero local, Maciej. Después de girar a la izquierda, cuando estaba cruzando el puente peatonal sobre un corriente pequeño, le ví de lejos a Maciej, el cual estaba sentado en un taburete, en frente de su casa y su zapatería que estaban juntadas, clavando los clavos a la suela de una bota con un martillo pequeño.
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Me acerqué y le saludé. Aunque no hacía ningún esfuerzo grande ni se movía del taburete, su frente brillaba del sudor, por el calor que hacía. El zapatero fue un hombre obeso y levantarse para darme la mano le costaba un poco. Sin esperar mucho, le dije:
Maciej, ¿te acuerdas cuando me hiciste el último par de zapatos? ¿No? Yo tampoco. Por eso ya necesito algunos nuevos, que estos son ya para tirar.
Hombre, claro, sin problema - respondió Maciej y se giró para atrás, abrió la puerta de su zapatería, entró adentro y salió enseguida con un par de zapatos marrones de cuero - mira, tengo estos. ¿Te gustan? ¿Tú tenías el numero cuarenta y tres? Toma, pruebalos a ver si te vienen cómodos.
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Vale, sí... me gustan, pero primero voy a ponermelos para probar. Por cierto, cuéntame algo de la boda, que últimamente no estaba muy interesado de este tema y la hija de Bożena me contó cosas de tal forma que ahora estoy incluso más perdido.
A ver... yo no soy muy cotillero. Sé, que Alina, la hija de alcalde se va a casar con Julian, un caballero jóven, pero con una listeza para hacer los negocios. Por eso tiene bastante dinero y esto les gusta a los padres de la novia. Sin embargo, mi mujer y las otras que ayudan a Alina preparando el vestido, dicen que ella no quiere a Julian de verdad, sino a Adam, el 'gran poeta', ¡jajaja! Y él a ella tambien, por eso sufre tanto, que Alina se casa con otro. También mi mujer me dijo, que Celina, la hermana mayor de Alina esta muy celosa de ella, porque piensa que sus padres la tratan peor y siente, que Alina es su ojito derecho. No sé, si todo esto es verdad o no... no me gustan las cotillas, como te dije antes. Si quieres saber más, mejor pregunta a las mujeres en la casa del alcalde, las que preparan el vestido, seguramente sepan más cosas. Y por cierto, ¿qué tal los zapatos?
Muy bien, están comodísimos. Aquí tienes el dinero, muchas gracias por todo: los zapatos y las informaciones. ¡Hasta luego!